Bolonia

Bolonia, la capital de la vibrante región de Emilia-Romaña, es una de las ciudades más fascinantes y, a veces, subestimadas de Italia. Es conocida por tres apodos: La Dotta (la docta), por albergar la universidad más antigua del mundo occidental, fundada en 1088; La Grassa (la gorda), por ser el epicentro de la que muchos consideran la mejor gastronomía de Italia (es la cuna del ragù, o salsa boloñesa, la mortadela y la pasta fresca rellena); y La Rossa (la roja), por el cálido color terracota de sus tejados y edificios medievales.

El centro de la ciudad es un laberinto de arquitectura histórica, cuyo rasgo más distintivo son sus pórticos (portici). Con casi 40 kilómetros de galerías cubiertas (declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO), se puede caminar por casi toda la ciudad a la sombra o protegido de la lluvia. Todo gira en torno a la Piazza Maggiore, el corazón de la ciudad, donde se encuentran la imponente (e inacabada) Basílica de San Petronio y el Palazzo d'Accursio. El símbolo indiscutible de Bolonia son Le Due Torri (las Dos Torres, Asinelli y Garisenda), estructuras medievales inclinadas que dominan el horizonte y ofrecen vistas espectaculares a quien se atreva a subir.